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Al Barcelona, que puede cantar el alirón sin tener que jugar, le vale con igualar el resultado del Atlético-Valladolid, que se disputa antes Ampliar foto Valverde, en la rueda de prensa del viernes. Enric Fontcuberta EFE
Le entregaron el micro a Abidal y, preocupado, pidió a su mujer que trajera un abrigo para sus hijas al tiempo que el Camp Nou lo celebraba como si fuera un gol. Correteaban los niños de los jugadores por el césped, ondeaban las banderas al tiempo que los cánticos y aplausos se multiplicaban a cada palabra que pronunciaban los protagonistas, que se sintieron perseguidos desde los medios y sobre el tapete por un Madrid que no cesó en su empeño. “Nos han querido frenar de todas las maneras y no han podido. Este equipo es el mejor del mundo. Como dice el presidente: ‘¡Que aprendan!”, vociferó Xavi. Era el colofón a LaLiga de 2009-2010, la segunda consecutiva de Pep Guardiola y la última que se festejó en el Camp Nou porque las cinco siguientes fueron lejos de casa. El buen hacer azulgrana y el calendario le dan ahora al Barça la ocasión de cantar el alirón en su estadio y sin tener que jugar, si el Atlético, que juega antes, pierde ante el Valladolid. Si no, le vale con igualar su resultado contra el Levante.
El título culminaría una Liga que han gobernado de forma extraordinaria desde el inicio —solo en cuatro jornadas no estuvieron al frente de la tabla—, sin concesiones, siempre convencidos de su suerte y de su fútbol. “Hace tres meses que nos vemos muy fuertes, que sentimos que con trabajo y esfuerzo podemos conseguir títulos”, explican desde el vestuario; “porque en los partidos que no hemos jugado bien, hemos sido capaces de vencer y de mostrar una versión muy competitiva”. Tesis que comparte Valverde: “El año pasado ganamos con margen y ahora también sería así, lo que no es sencillo. Pero si lo conseguimos es porque tenemos unos jugadores extraordinarios”.
Tanto, que ha encadenado dos o tres generaciones triunfantes que bien valen los ocho laureles ligueros de los últimos 11. “Le damos mucho valor al título de LaLiga, que es el que perseguimos todos los que la empezamos. Es el título que te marca la temporada porque la Copa y la Champions dependen más de momentos puntuales”, razonó Valverde; “por lo que ganar tantas en este espacio de tiempo dice mucho de cómo se toma el día a día este equipo”. Es por eso por lo que desde el club ya han preparado una camiseta conmemorativa que esperan poder exhibir y en la cual se podrá leer: “Lo extraordinario es que parezca normal. Ocho de 11”.
Una concatenación de éxitos, en cualquier caso, solo interrumpida por el Madrid (2011-12 y 2016-17) y por el Atlético (2013-14), único rival que le ha mantenido el pulso hasta el momento. “Creo que necesitaremos los tres puntos. El Atlético nos está llevando hasta el final y nos está forzando mucho porque es un gran competidor”, señaló Valverde, que, sin embargo, sí tiene prisa por cerrar la carpeta. “Hay margen de cuatro partidos, pero no queremos dejarlo para más tarde”. Entre otras cosas porque a la vuelta de la esquina tiene la semifinal europea con el Liverpool —“la quiero apartar por la trascendencia que le queremos dar al partido contra el Levante. Nos gustaría que fuera el punto culminante”, convino el técnico— y también la final de la Copa, el 25 de mayo. “Es posible que haya algún cambio porque una temporada no se puede hacer con 11 jugadores. Pero ganar un título es muy poderoso, mucho más que el cansancio que podamos acusar”, sentenció con convencimiento.
Rubiales traerá la copa
A 90 minutos de la gloria, el club ya ha preparado la fanfarria. Habrá baile, confeti y fuegos artificiales, también discursos y el habitual trasiego de familiares sobre el césped. La novedad será que tendrán la copa en el estadio porque el presidente de la federación española, Luis Rubiales, así lo ha confirmado, por más que esté a la gresca (y en tribunales) con Javier Tebas, presidente de LaLiga que le ha denunciado por coacción y amenazas con filtrar informaciones graves sobre su persona. “Espero que Rubiales tenga trabajo tras el partido”, se desmarcó Valverde; “pero siempre es bonito que cuando un equipo gane pueda recibir el trofeo como se hace en otras ligas”.
Otra cosa es que Valverde, que ha convocado a todos los disponibles, sabe que el Levante no va al Camp Nou a hacer el pasillo —“se juega el descenso y en estos últimos partidos, esos conjuntos en peligro siempre sacan puntos”, destacó—, por lo que no quiere oír hablar del cuento de la lechera: “Nos dan por campeones hace varias semanas y todavía no lo somos”. Pero siguen estando a un solo partido de ser los mejores.
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