Los números que guiarán la política fiscal de España el año que viene han acabado por no convencer en Bruselas. La Comisión Europea llevaba ya un mes enviando señales al Gobierno de Pedro Sánchez. Primero, requiriéndole más información para entender su proyecto de Presupuestos. Y, luego, avisándole en sus últimas previsiones económicas de que consideraba que los ajustes que iba a hacer España eran prácticamente nulos, lo cual elevaba el déficit previsto hasta el 2,1% del Producto Interior Bruto (PIB), en lugar del 1,8% previsto por el ejecutivo español.
España sigue sin ser Italia. Y la prueba es que la Comisión Europea no le ha devuelto el borrador de Presupuestos. Pero ello no significa que estos sean de su agrado. La Comisión, de hecho, concluye que el proyecto de plan presupuestario presenta un riesgo de incumplimiento con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
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En el borrador de la Comisión, que puede estar sujeto a algún cambio que pueda introducir el ejecutivo comunitario en su reunión de hoy, el Ejecutivo comunitario detecta dos senderos por los que España corre el riesgo de desviarse de la senda recomendada a medio plazo. Una, como le advirtió ya por carta, es el incremento de gasto. La segunda, un esfuerzo estructural —es decir, los ajustes que resultan de reformas y no del mero crecimiento— insuficiente. Además, la Comisión tampoco cree que España vaya a cumplir con sus compromisos de reducción de deuda pública a pesar de que Economía dijo estar en disposición de acelerar ese proceso.
La ministra de Economía, Nadia Calviño, comunicó el pasado mes de julio a Bruselas que cerraría el año con un déficit del 2,7% del PIB, rebasando en medio punto el compromiso adquirido por el anterior gobierno de Mariano Rajoy. Sin embargo, la Comisión nunca dio formalmente luz verde a esa modificación. Bruselas advierte, basándose en el documento de previsiones de otoño, que el desfase presupuestario se ajustará a la nueva perspectiva de Calviño, pero resalta que está por encima del 2,2% requerido por los ministros de Finanzas de la zona euro.
Las malas noticias que llegarán hoy desde Bruselas son otra piedra en el camino, si no la definitiva, para sacar adelante unos Presupuestos para el año que viene, para los que todavía hoy el Gobierno de Sánchez carece de los apoyos necesarios. Pero, además, indican que España podría verse obligada a llevar a cabo un gran ajuste para 2020.
Ajuste insuficiente
Una vez salga del brazo correctivo tras conseguir situar su déficit por debajo del 3% del PIB —como el documento prevé—, la Comisión vigila sobre todo el déficit estructural (que excluye los factores vinculados al ciclo económico). La UE pide a España un esfuerzo estructural de unos 8.000 millones de euros, equivalentes al 0,65% del PIB. No obstante, le da dos años de gracia en los que puede incumplirlo en hasta un 0,5% durante todo el periodo. Las previsiones que publicó la Comisión indicaban que, con los números de Calviño en la mano, el ajuste estaba entre el 0% y el 1%. Y eso significaba dos cosas: incumplir con los requerimientos de Bruselas y dejar todo el ajuste para 2020.
La Comisión también juzga insuficientes los progresos que ha hecho España en cuanto a las recomendaciones que le formuló el Consejo del 13 de julio en el marco del Semestre Europeo. En concreto, no aprecia que la actualización del borrador que les remitió contenga ninguna referencia a la revisión de la regla de gasto prevista por la Ley de Estabilidad. El Ejecutivo comunitario también afea a España que no haya mejorado sus mecanismos para anticipar y corregir desviaciones de sus déficit fiscales. Y por último, deja en suspenso el éxito que puedan tener las nuevas prácticas de contratación pública que adoptado recientemente España.
La Comisión pide a Calviño que le lleve unas cuentas actualizadas
España llevó el pasado mes de octubre a la Comisión Europea un borrador de plan presupuestario para 2019 que, sobre la mesa, podía pasar con nota el examen de Bruselas. El ejecutivo comunitario, sin embargo, pidió explicaciones al Ministerio de Economía. El meollo de la cuestión es que le faltaba información para hacerse un retrato de los Presupuestos. Y carecía de ella porque, entre otras cosas, ese documento no estaba respaldado por un proyecto de Presupuestos que hubiera llegado al Parlamento. Es más, ante la necesidad del gobierno socialista de buscar más aliados para sacar adelante las cuentas, la Comisión dudaba de que esos números fueran los que finalmente iban a ser aplicados.
Esas dudas parecen no haberse disipado aún. Bruselas recuerda que el plan se sometió a su escrutinio sin un anteproyecto de ley que fuera entregado al Congreso de los Diputados de forma paralela para su discusión. Por ello, el ejecutivo comunitario sigue insistiendo al Gobierno de Pedro Sánchez de que, en cuanto pueda, le mande, con copia al Eurogrupo, un programa actualizado con las cuentas definitivas en caso de que estas difieran del plan presentado el 16 de octubre.
La ministra Nadia Calviño ya informó a los responsables económicos de la Comisión —empezando por Pierre Moscovici, encargado de Asuntos Económicos y Monetarios— de que existía la posibilidad de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez tuviera que prorrogar los Presupuestos de 2018 ante la negativa de los partidos independentistas de apoyar las cuentas.
¿Y si no hay Presupuestos?
En ese caso, los planes del Gobierno pasaban por prolongar los últimos Presupuestos de Mariano Rajoy y modificarlos mediante anteproyectos de ley para crear nuevas tasas y luchar contra el fraude fiscal. El impacto de esas medidas, sin embargo, tampoco estaba garantizado, puesto que Comisión Europea consideró en las últimas previsiones de otoño que los ingresos derivados de esas medidas estaban hinchados.
Tras el Eurogrupo del pasado lunes, Calviño insistió en que el plan del Gobierno pasa por aprobar unos Presupuestos, aunque en otra ocasión ya había abierto la puerta a prorrogar las cuentas. Ayer, la ministra confió en que la Comisión tendría en cuenta la situación de "relativa incertidumbre" en torno a los presupuestos de 2019 cuando emita su valoración sobre el plan que le envió el Gobierno.
"España está en una situación relativamente especial con respecto a otros países, porque no hemos podido mandar a Bruselas nada más que el plan, el anteproyecto de Ley de presupuestos", dijo la ministra ayer durante su intervención en el Spain Summit organizado por The Economist. Además, recordó, "algunos de los proyectos que están en curso, como el impuesto sobre determinados servicios digitales o sobre transacciones financieras, están todavía en fase de anteproyecto de Ley".
Otro paso más hacia el choque con Italia
La Comisión Europea da hoy su veredicto sobre las cuentas de todos los países de la UE. Sin embargo, todas las miradas están fijadas en Italia. Después de que el gobierno de Giuseppe Conte haya rechazado reformular las cuentas, se espera que hoy la Comisión las suspenda e incluso pueda poner en marcha los trámites para meter al país en su brazo correctivo por un exceso de deuda. De momento, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ya ha anunciado que el próximo sábado cenará con el primer ministro italiano para abordar esa crisis.